Dejamos atrás febrero, un mes crucial para planificar la temporada de primavera-verano con la siembra de los últimos semilleros de tomates, pimientos y berenjenas, solanáceas que requieren suelos ricos en nutrientes; así como de calabacines, calabazas, pepinos, sandías o melones (cucurbitáceas). Además, durante febrero habremos trasplantado las últimas hortalizas de hoja como lechuga, escarola, apio, espinaca, acelga o col. Las flores y plantas acompañantes como la albahaca, los tagetes, la caléndula, la capuchina, etc. también las habremos tenido en cuenta en nuestros semilleros, ya que ayudarán a mantener el equilibrio natural en el huerto.


Durante el mes de marzo debemos realizar una buena planificación de nuestra huerta de primavera-verano, teniendo en cuenta los cultivos precedentes que se hayan sembrado anteriormente en cada parcela o bancal al objeto de realizar las asociaciones y rotaciones correctas de cultivos. Es conveniente anotar en nuestro cuaderno de campo las rotaciones y asociaciones que decidamos poner en marcha, de manera que nos oriente sobre qué especies y dónde cultivarlas en la próxima campaña para que el suelo se vaya recuperando a su ritmo natural.


LA IMPORTANCIA DEL SUELO:



Antes de trasplantar o sembrar es esencial fertilizar el suelo con algún abono orgánico como compost, humus de lombriz, bokashi1 o estiércol maduro.
– Si es posible, regar con extracto fermentado de ortiga diluido al 20 % en agua para fertilizar y también estimular la vida microbiana del suelo.


Además, realizaremos las últimas siembras directas de los cultivos de raíz como zanahorias, remolachas y patatas (según las temperaturas de la zona), y continuaremos con la siembra de rabanitos mientras no haga calor.

¡Y comenzaremos con los cultivos primaverales!

Realizaremos las primeras siembras directas de judía de mata baja o habichuela, cacahuete, girasol y maíz dulce. Seguiremos con los primeros trasplantes de solanáceas (tomates, pimientos y berenjenas) y cucurbitáceas (calabacines y calabazas) así como de plantas acompañantes como albahaca, tagetes, caléndulas, capuchinas, alisos de mar, etc.

Continuaremos con los semilleros de las últimas cucurbitáceas (calabacines, calabazas, pepinos, sandías o melones) y de flores y plantas acompañantes que iniciamos en febrero.

Como sabemos, el huerto requiere de otras tareas adicionales, y es en este mes cuando:

  • comenzaremos a montar las estructuras de entutorado para variedades de crecimiento en altura (tomateras, judías de enrame, etc.)
  • revisaremos con detalle el sistema de riego: limpiaremos de cal los goteros (con vinagre), repararemos las fugas por cortes o agujeros (con tapones y manguitos), diseñaremos el sistema de riego y las distancias entre líneas y cultivos…
  • cosecharemos flores de plantas aromáticas, como la lavanda, para secar y elaborar posteriormente biopreparados.
  • marcaremos y entutoraremos las «plantas madre» de aquellas variedades de hortalizas de raíz y hoja de las que nos interese conservar semillas, para nuestro propio banco, lo que nos hará más autosuficientes. Consejo hortelano: reservar las habas y los guisantes de la parte más baja de las matas para semilla, ya que son las que mayor «riqueza genética» poseen. Es recomendable rodearlas con un cordel de color vistoso para que no se cosechen por error hasta que estén bien secas las vainas.
  • por último, buscaremos materiales orgánicos (paja, hojas secas, etc.) para ir acolchando el suelo progresivamente en torno a los cultivos a medida que empiece el calor.

Como vemos, en marzo nuestro huerto requiere de una especial atención y dedicación. ¡A por ello!

Si quieres compartir con el equipo de Andalhuerto alguna curiosidad de tu huerto, te animo a que nos escribas al correo andalhuerto.agapa@juntadeandalucia.es. Puedes enviarnos fotos de tu experiencia. Seguro que será muy ilustrativo para otros huertos.

1Bokashi (en japonés: Materia orgánica fermentada) es un abono orgánico sólido, producto de un proceso de fermentación (proceso anaeróbico ) que acelera la degradación de la materia orgánica (animal y vegetal) y también eleva la temperatura, permitiendo la eliminación de patógenos (pasteurización). Este proceso es más acelerado que el compostaje y permite obtener un abono entre 12 y 21 días. En los próximos meses Andalhuerto publicará un artículo con los detalles del proceso y resultados.

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