En estos meses de julio y agosto el huerto está en todo su esplendor. Las plantas están completamente desarrolladas, con su productividad al máximo, y si hemos hecho las cosas bien durante los meses previos, ahora toca disfrutar de los frutos.

Seguimos recolectando tomates, pimientos, berenjenas, cebollas, judías verdes, mazorcas de maíz, melones, calabazas y pepinos.

Es el momento de extraer las semillas de las solanáceas. Empezamos con los tomates que son los primeros frutos en aparecer y madurar en el huerto de verano. Seleccionamos los mejores tomates de nuestras plantas, los dejamos madurar en la mata y posteriormente extraemos sus semillas. A continuación seguimos con la recolección de los pimientos y berenjenas adecuadamente maduros para la obtención de sus semillas. También podemos recolectar semillas de cucurbitáceas (pepino, calabaza, calabacín, sandía y melón) de apiáceas (hinojo, apio, perejil, cilantro, eneldo) de liliáceas (puerro y cebolla) y de las últimas crucíferas (coles, rúculas). No debemos olvidar cosechar para la próxima temporada semillas de plantas auxiliares o flores (capuchina, caléndula, albahaca, tagete, aliso de mar).

A finales de agosto estaremos pendientes de las plantas de alcachofa para comprobar si están brotando las nuevas yemas. Si es así, retiraremos la tierra de alrededor de las matas y separaremos con cuidado los hijuelos, cortándolos con una navaja bien afilada, y procurando que presenten raíces para poderlos «repicar» en su zona de asiento definitivo.

Con las patatas más pequeñas de la cosecha extratemprana de junio, podemos realizar una siembra de patatas que cosecharemos aproximadamente en el mes de diciembre. Para esta siembra es importante no «cachearlas» (partirlas o dividirlas en trozos), puesto que las altas temperaturas producirían la pudrición de los cachos.

Es importante realizar las siguientes tareas: revisión del sistema de riego para evitar fallos, ya que aún seguirá haciendo mucho calor y al suelo no debe faltarle la humedad necesaria para que los cultivos se desarrollen adecuadamente; continuar con los tratamientos preventivos contra hongos (cola de caballo, ajo, cebolla, leche, canela, salvia) y parásitos (ajo, guindilla, ortiga, jabón potásico); alimentar el compostero con los restos de las plantas que van terminando su ciclo y regarlo al objeto de humedecerlo para que los procesos de compostaje se realicen adecuadamente; desherbar y retirar las plantas espontáneas que no queramos que crezcan en los bancales, arrancándolas con cuidado de extraer sus raíces.

Es el momento de planificar los cultivos de otoño/invierno. En el cuaderno podemos realizar una previsión de las plantas que vamos a cultivar en la siguiente temporada, considerando las asociaciones y rotaciones que sean necesarias teniendo en cuenta familias taxonómicas, profundidad de las raíces, requerimientos nutricionales y parte aprovechable de la planta.

Aunque nos parezca temprano, en algunas zonas de Andalucía (provincias más occidentales) ya podemos empezar con la siembra de los primeros semilleros de liliáceas (puerros y cebollas), así como de crucíferas (coles, coliflores, brócolis, repollos, etc.). En las provincias menos calurosas, podemos empezar a realizar los semilleros de las primeras lechugas, acelgas o escarolas sin el riesgo de que se suban a flor.

¡¡Una buena planificación nos ayudará a conseguir un huerto sano y productivo!!

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