En torno a las rotaciones y asociaciones

“El arte de las asociaciones no es una ciencia exacta”

(Claude Aubert)

Llama la atención que sea más sobrecogedor enfrentarse a este tema delante del papel que frente al terruño. Será porque la cabeza piensa y toma decisiones que afloran espontáneamente en base al conocimiento teórico, pero también responde a la experiencia, a deseos, a conversaciones pasadas y a vivencias olvidadas pero latentes… Cuando quieres complacer a todos los criterios que se exponen en los libros nuestra mente queda encorsetada, incapaz de cumplir todas esas reglas y de dar respuesta a nuestra naturaleza emocional, intuitiva…

Dicho esto, podemos entender por ROTACIÓN R) la práctica que consiste en esperar varios años (en nuestro caso 4) para volver a plantar en el mismo espacio un determinado cultivo, es decir, la sucesión de cultivos en la misma superficie. Por su parte, nos referimos a las ASOCIACIONES A), al conjunto de especies y variedades que de manera simultánea se cultivan en el conjunto de la superficie. En definitiva, con las rotaciones y asociaciones perseguimos un objetivo principal: incluir biodiversidad en nuestro huerto, tanto en el tiempo como en el espacio, a través de su diseño y manejo.

Por supuesto que debemos tener presente los criterios agronómicos clásicos a la hora de establecer las rotaciones y asociaciones1. Estos son: 1R) alternar grupos de familias (solanáceas/leguminosas-crucíferas/ compuestas-quenopodiáceas-cucurbitáceas/umbelíferas-liliáceas); 2R) rotar cultivos con diferentes exigencias en nutrientes ; 3R A) turnar y solapar especies con distinta profundidad de enraizamiento ; 4 A R) utilizar hortalizas de diferentes alturas; 5R) permutar la parte aprovechable de la hortaliza (hoja, flor, semilla, fruto, raíz, tubérculo, bulbo…). Sin olvidarnos de otras posibles casuísticas que incorporan 6 R) las dos principales temporadas de cultivo (otoño-invierno y primavera-verano), 7R) las desiguales duraciones de los ciclos de cultivo, incluyendo 8R) si realizamos siembra y/o plantación, y ya no digamos si queremos 9R) llevar a semilla alguno de nuestros cultivos.

De la misma forma, y de manera general, habría que evitar 10A) asociar especies de la misma familia. Aunque en pos de la variedad, cabría plantearse colocar distintas especies y variedades de una misma familia, pero no de forma intercalada (juntas pero no revueltas). Por ejemplo en un mismo bancal: coles, col lombarda y coles de Bruselas. Más aún cuando tienen ciclos similares que facilitan «poner y quitar» sin que se superpongan con ciclos de otras especies.

A la vez, tendríamos que definir 11A) el grado de integración espacial que supone la asociación (por sectores, linealmente, de forma intercalada, al tresbolillo…), que a su vez viene definido por 12A) unos marcos de plantación propios de cada especie y que pueden variar conforme a unas variedades u otras. Además, suele ser frecuente que 13R) dediquemos más superficie a ciertos cultivos frente a otros, por ejemplo a los tomates en verano frente a las rabanitas de invierno.

También tiene especial relevancia la planificación de abonado incluida en el manejo. Evidentemente no se aportan los mismos nutrientes si se estercola cada cambio de temporada, si lo hacemos una vez al año, o si se lleva a cabo cada dos o cuatro años.

Además tiene su influencia el fertilizante que usemos, estiércol (de vaca, oveja, caballo, gallinaza…), compost, humus de lombriz…, así como introducir leguminosas en la rotación.

A lo que habría que sumar las condiciones edáficas y microclimáticas, con su variable temporal que ejercen su influencia en un sentido u otro sobre el desarrollo de las rotaciones y asociaciones.

Todas estas pautas y condicionantes de manejo y diseño, podríamos clasificarlas por orden de prioridad, conforme a nuestro leal saber y entender, para que en caso de discrepancia un criterio prevalezca sobre otro (yo soy incapaz de hacerlo).

No es nada fácil cumplir todos los requisitos año tras año, ni falta que hace. (Ni siquiera los libros se ponen de acuerdo). Cuando se siguen esas pautas de forma regular, no nos debe obsesionar saltarnos las reglas, de vez en cuando hasta sienta bien. Pero, evidentemente, año tras año, no pongamos en el mismo bancal: tomates, tomates y tomates… y otra vez tomates.

Por todo lo anterior, aquí planteamos una propuesta, «imperfecta», como no podía ser de otra manera, pero que pretende servir de plan de acción a modo orientativo.

Propuesta (a modo de ejemplo). Particularidades…

La sugerencia que traemos en estos papeles consta de 4 bancales en los que desarrollar las rotaciones y asociaciones, así como un arriate donde contar con especies agrícolas perennes y aromáticas o medicinales (romero, tomillo, orégano, lavanda, hierbabuena, menta…). En cada bancal se proponen dos, tres, cuatro o más cultivos, que según los deseos de cada cual se pueden seleccionar el número de especies que se estime oportuno, decidiendo para cada caso por qué especies optamos como cultivos principales o en su caso secundarios. Por ejemplo en el Bancal 1-Año 1, vemos que medio bancal iría sembrado de habas y el otro medio de crucíferas, quedando al libre albedrío si se opta por solo coles; o col china y lombardas; o coles, lombardas y coles de bruselas… aún a costa de plantar especies de la misma familia. También se señalan algunas especies que desempeñan la función de planta auxiliar, o incluso cultivos como cebollas o puerros que pueden actuar como auxiliares, a la vez que podemos dejar que florezcan algunos cultivos como por ejemplo los brócolis.

Se programan dos temporadas de cultivo por año agrícola, otoño-invierno y primavera-verano2. Centrados principalmente en gran parte de nuestra tierra, con un clima mediterráneo típico, con inviernos no muy fríos y veranos calurosos, y a riesgo de equivocarnos, será sobre el mes de octubre cuando comenzamos con los cultivos de otoño-invierno y para el mes de marzo con los de primavera-verano. De las especies que hagamos semilleros, estos tendrán que prepararse con un par de meses de antelación, sobre enero y agosto respectivamente. De la misma forma tenemos que prever las tareas de preparación de los bancales.

Lo que no podemos anticipar es que alguien se acerque a nuestro huerto con intención de obsequiarnos con una espléndida plantera de tal o cual cultivo, y a la que difícilmente nos podemos negar a encontrar un espacio en alguno de nuestros bancales, por mucha planificación que tengamos sobre un papel (¡bendito inconveniente!).

En los lugares más fríos «se retrasa» la plantación de primavera-verano para evitar el daño de heladas sobre las plántulas que pueden tener lugar en marzo o abril y se adelanta la de invierno, con el mismo objetivo de prevenir daños por la posible caída de heladas.

Siendo conscientes de que contamos con cultivos que no cumplen a rajatabla con los periodos de estas dos temporadas, como serían los ajos, las zanahorias o las patatas (con sus dos estaciones), pensamos que es muy enriquecedora su inclusión, aún a expensas de dejar durante un corto periodo de tiempo la tierra baldía o en barbecho.

Entre las especies que pueden presentar un ciclo más largo nos encontramos a las habas. En mi tierra, a orillas del Guadalquivir, se siembran a final de octubre (para San Rafael) y primeros de noviembre y nos metemos hasta abril y mayo. No me resisto a resaltar el papel, que como recurso didáctico en los huertos escolares, pueden desempeñar las habas al mostrarnos la relación mutualista entre pulgones y hormigas, a la vez que el parasitismo entre jopos y las propias habas.

Como desenlace sirva la siguiente consideración. En la planificación de rotaciones y asociaciones nos movemos a lo largo de un fino equilibrio. Por un lado, los conocimientos científicos teórico-prácticos y la propia experiencia, y por otro, nuestros gustos, deseos y sensaciones en el momento que tomamos la decisión de qué cultivar. O sea, deberíamos valorar todas las normas señaladas al principio, todas ellas contrastadas científica y experimentalmente. Pero como consejo, nos podemos quedar con una sola regla: que no podemos cumplir todas las reglas (¡menos mal!).

1 Para profundizar puedes ver estos dos boletines:

El inicio del año agrícola y la rotación de cultivos

2 Para concretar fechas por especies, puedes consultar:

Calendario para macetohuertos

Diagrama de asociación y rotación para un año agrícola

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