Un hotel de insectos es una estructura generada con materiales reciclados generalmente, que sirve como refugio para la fauna auxiliar del huerto.


En muchas ocasiones cuando se escucha el término “hotel de insectos”, parece que sea algo novedoso que va a resolver los problemas de plagas o aumentar incluso las producciones, por el simple hecho de tener una cajita más o menos “cuca” en el huerto. Este es el error más común que se comete pensando que la mera construcción del hotel de insectos es suficiente para que el “turismo entomológico” llegue a ocupar de forma masiva el entorno y, por ende, se pueda disfrutar de sus consecuentes servicios en el huerto. Sin embargo, se olvida un primer paso fundamental para la consecución de estos objetivos que es, precisamente, contar con la presencia de plantas “auxiliares” alrededor de esta estructura, donde lógicamente se deben prever y facilitar los recursos suficientes para su manutención anual.

Refugio para la fauna auxiliar

Teniendo esto en cuenta como primer paso, se deben elegir adecuadamente las especies vegetales auxiliares en función de los cultivos del huerto, así como de los recursos y el espacio disponibles. Solo de esta manera, se puede dar el siguiente paso para fomentar la biodiversidad en el huerto y abordar la construcción del hotel. A continuación, se enumeran tres aspectos fundamentales a la hora de elaborar un hotel de insectos para la consecución de los objetivos:

  • Identificar el tipo de fauna auxiliar que se quiere potenciar.
  • Elegir la ubicación adecuada para el hotel.
  • Seleccionar los materiales para su construcción.

Para dar respuesta a estos tres puntos, se debe conocer cuáles son los cultivos a sembrar en el huerto, así como sus potenciales plagas. De esta manera se podrá diseñar el “mobiliario” adecuado que debe contener el hotel, para que la fauna auxiliar se quede a vivir todo su ciclo vital en este particular “resort”, y en consecuencia se contribuya a paliar los posibles efectos dañinos de los fitófagos.

Para ello la búsqueda del lugar adecuado para su construcción, debe centrarse en una orientación sur/suroeste, buscando una zona no muy umbría y protegida del viento. El restaurante de este singular hotel rural deberá estar cerca de las habitaciones y contener un variado menú consistente en las citadas plantas auxiliares, que han debido ser elegidas por poseer una floración escalonada a lo largo de todo el año. De esta manera, surtirán de polen y néctar a sus particulares inquilinos en todas las épocas del año, por si se produjese algún tipo de desequilibrio puntual provocado por una plaga o enfermedad, encontrándose cerca en todo momento para paliarla.

En cuanto a los materiales seleccionados para su construcción, se debe apostar por los naturales huyendo de materiales sintéticos con restos de pinturas, barnices, plásticos, etc., ya que la clientela del hotel suele ser muy variada y selecta. Los clientes no volverían nunca más a estas instalaciones si detectan olores extraños que no les recuerden a su hábitat natural. Por tanto, restos de podas, troncos, piñas, corcho, paja, conjunto de cañas de distintos grosores, rocas, etc., serán los materiales elegidos que conformarán las singulares habitaciones, y que se dispondrán en distintas plantas separadas a lo largo de toda la estructura. De esta forma, los usuarios no voladores dispondrán de las plantas más bajas del hotel, reservando los aposentos más elevados a los clientes alados. Para ello, se taladrarán en los troncos agujeros de distintos diámetros, reforzando la estructura central del hotel con objeto de que pueda soportar el peso de la suma de todos estos materiales descritos.

La elección de una madera resistente como pino, abeto o castaño para esta estructura principal, es una buena opción para su elaboración. La construcción de un refuerzo impermeable en el tejado, así como en su parte inferior, de materiales como pizarra o chapa, podrán alargar la vida útil del alojamiento, aislándolo de la humedad, donde deberá permanecer de forma definitiva, ya que existen inquilinos, como por ejemplo los mántidos, que volverán a poner sus puestas donde lo hicieron sus padres, siendo recomendable, por tanto, que la permanencia del hotel quede en el mismo lugar del huerto y en consecuencia permita, que las distintas generaciones vean en este alojamiento su lugar habitual de residencia.