En los huertos sociales, sobre todo en los de carácter educativo, el objetivo principal no tiene porque ser el puramente productivo, que también. Se trata de cultivar mentes, cultivar amistad, entretejer relaciones personales, convivir. Pero claro, también queremos disfrutar del placer de saborear los frutos, y para ello debemos esperar a que alcancen su momento óptimo de maduración en la planta.

Una advertencia, si lo que pretendemos es obtener las semillas que encierran los frutos, deberemos esperar aún un poquito más y que dichas semillas maduren en los frutos.

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Los huertos sociales tienen múltiples beneficios para los ciudadanos desde un punto de vista social: mejoran la calidad de vida, las relaciones intergeneracionales, la alimentación sana, la salud física y psicológica, el bienestar personal, etc. Un huerto social es un espacio de encuentro e intercambio, donde a través de actividades culturales-educativas y lúdico-recreativas, públicas y…