Una opción interesante para nuestro huerto ecológico es utilizar semillas propias o bien intercambiarlas con las de otros huertos de la zona, asegurando que no procedan de plantas híbridas. Para ello necesitamos disponer de un banco de semillas, ¿Cómo lo hacemos? (El mundo de las semillas (IV): En manos de José Esquinas).

En primer lugar hemos de seleccionar las plantas y/o los frutos de los que vamos a recolectar las semillas. Para ello seleccionaremos las plantas más fuertes y sanas y los frutos que tengan mejor aspecto y tamaño, para asegurarnos una buena descendencia al utilizar sus semillas.

En segundo lugar realizaremos la extracción de la semillas. Este proceso varía según el tipo de planta y de fruto que tengamos. Si se trata de frutos y flores secas, se pueden introducir en una bolsa de papel o colocar sobre una superficie y sacudir o frotar con energía, para romper las flores y que salgan las semillas. Posteriormente cribamos o soplamos para quedarnos con las semillas.

En el caso de frutos carnosos, podemos sacar las semillas a mano y lavarlas retirando bien los restos de pulpa. Y para los frutos gelatinosos, dejaremos fermentar la pulpa durante dos o tres días y separaremos las semillas con la ayuda de un colador y agua (La obtención y conservación de semillas en el huerto).

Es importante que las semillas que se tengan que lavar durante el proceso de extracción se sequen bien, por ejemplo colocándolas sobre un papel de cocina que absorba toda la humedad y en un lugar aireado. Si las semillas no están bien secas pueden pudrirse o germinar.

Una vez recolectadas semillas, las condiciones ambientales de la zona donde se almacenen también influirán en su calidad. Unas semillas de calidad que se conserven en mal estado pueden perder su vigor y su poder germinativo y no llegar a producir plantas.

Para una correcta conservación es necesario guardarlas en condiciones de baja humedad, baja temperatura y sin nada de luz. Esto se consigue secando bien las semillas e introduciéndolas en sobres de papel o botes de cristal bien cerrados, que se almacenarán en una nevera o en un lugar oscuro y fresco. Los recipientes han de etiquetarse con información detallada sobre la semilla: hortaliza, variedad, fecha de recolección, procedencia, etc.

Semillas de guisantes y habas

Otros artículos que te pueden interesar: