Se denominan bancales a las zonas dentro del espacio del huerto donde se cultiva y que nunca se pisan. Se delimitan para separarlas de los pasillos y zonas de paso. Los que aquí se muestran se denominan “elevados”, porque su relleno queda por encima del nivel de los pasillos.

Normalmente llevan borduras en el perímetro que sirven, entre otras cosas, para contener dicho relleno.
Se construyen creando un suelo mullido y hondo, removiendo un poco el terreno original y eliminando las piedras. Suministra un espacio amplio donde las plantas pueden desarrollar raíces profundas. Para lograr que queden elevados hay dos sistemas:

  • Sistema de bancales profundos, en el que se excava la tierra de los pasillos de alrededor, manteniendo el orden de las capas sin remover, vertiendo dicha tierra encima de los bancales.
  • Sistema de bancales estándar, en el que se rellena directamente con una mezcla de sustrato el interior de los bancales.

Con el primer sistema se pueden conseguir bancales muy profundos (como el tipo de bancal profundo desarrollado por John Seymour) y resulta más económico, aunque también más laborioso.
Si se opta por el segundo sistema, más fácil de montar, se pueden abaratar un poco los costes si para el relleno se utiliza la técnica del huerto instantáneo, que además es muy adecuada en casos de suelos pedregosos, de albero o, incluso, de cemento.
El ancho de los bancales oscilará entre 0,80 m y 1,20 m y la longitud no será superior a 12 m, siendo frecuentes los de 1 m de ancho por 6 m de largo.

Se pueden realizar tantos bancales como se quiera, siendo frecuente tener cuatro para organizar rotaciones de cultivos de cuatro años y a los que se pueden añadir dos más con cultivos plurianuales o perennes. La disposición de los mismos en el terreno puede ser horizontal, vertical o mixta, resultando ideal orientarlos longitudinalmente de norte a sur, para optimizar el uso de la luz solar.

Materiales para montar cuatro bancales elevados de 1,20 x 6,00 m según el sistema estándar

  • 4-6 pacas de paja o su equivalente en rastrojos para acolchado.
  • 1 m3 de sustrato, que puede elaborarse con 0,5 m3 de tierra vegetal o de vega y 0,5 m3 de una mezcla compost o estiércol maduro.
  • 50-80 kg de humus de lombriz.
  • 16 estacas de madera o similar (pueden ser cabillas de ferralla).
  • 1 rollo de cuerda de al menos 120 m (preferiblemente elástica).
  • Un rastrillo (opcional).
  • Una azada (opcional).
  • Borduras para delimitar los bancales (opcional). Aunque existen distintas posibilidades donde elegir, aquí se propone el uso de rasillones con cabillas de ferralla, para lo que hacen falta 56 rasillones (14 para cada bancal) y tres trozos de cabilla de unos 30 cm de longitud para cada rasillón.

Diagrama de colocación de borduras con rasillón

Disposición de bancales en posición mixta

Disposición de bancales con orientación norte-sur

Pasos para la construcción

  1. Marcar en el terreno cuatro zonas de 1,20 m x 6 m, separadas entre ellas por pasillos de 1 m de anchura. Clavar estacas en las esquinas y acordonar el perímetro. Si la tierra está demasiado seca nos resultará difícil clavar las estacas.
    Es preferible esperar a que haya llovido antes o bien regar un poco la zona.
  2. Horadar la tierra y retirar las piedras de las zonas acotadas. No es recomendable voltear el terreno. Se trata de mover un poco para mullir al principio la tierra. Es conveniente realizarlo con cierto grado de humedad, lo que se denomina comúnmente “en tempero”. Si no ha llovido unos días antes, es recomendable regar previamente. Es la última vez que se deben pisar las zonas de cultivo. Hay que procurar no pisar lo que se vaya moviendo.
  3. Si se van a colocar borduras, completar el perímetro de todos los bancales. Para el caso de las borduras de rasillones, ver el diagrama anterior.
  4. Añadir la tierra vegetal procurando no apelmazarla, repartiéndola por toda la zona de la manera más homogénea posible. Regar suavemente.
  5. Añadir el compost encima de la tierra hasta dejar unos cuatro dedos de altura libres. Regar suavemente.
  6. Añadir una fina capa de humus de lombriz. Pasar un rastrillo superficialmente.
    Regar suavemente. En este punto ya estarán rellenos los bancales, tan solo queda acolcharlos para protegerlos.
  7. Repartir una capa gruesa de paja, desmenuzando bien la misma con las manos para que no queden partes apelmazadas y circule bien el aire. Es recomendable mantener el acolchado permanente durante toda la vida del huerto, e ir reponiéndolo conforme se vaya descomponiendo. Esta acción evitará que la tierra quede desprotegida, emerjan demasiadas hierbas adventicias, se reseque ante la falta de lluvia o se erosione o encharque ante una lluvia copiosa.

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