La vida de las plantas que se desarrollan en un huerto comienza por las semillas. Su calidad es fundamental para el éxito de la germinación, el crecimiento de los cultivos, la cosecha de frutos y la obtención de futuras semillas.

En el caso de las hortalizas la floración en el huerto puede ser muy variada. Cuando estas flores se polinizan (Flores y polinización de las hortalizas) y fecundan dan lugar a un fruto, dentro del cual se encuentran las semillas. Antes de recolectar las semillas, debemos tener en cuenta la floración, la polinización (El mundo de las semillas (III): La reproducción sexual de las plantas y la importancia de la polinización) y el fruto de nuestras plantas del huerto, ya que no todas lo hacen de la misma manera.

La calidad de las semillas puede verse afectada por distintos factores, relacionados con la planta de la que proceden o del propio proceso de manipulación de las semillas.

Para obtener semillas viables, éstas deben alcanzar su estado de madurez tanto fisiológico como morfológico para recolectarlas en su estado óptimo. Si se recogen antes de tiempo serán demasiado jóvenes y no germinarán correctamente.

La obtención y conservación de semillas en el huerto

Otros factores que pueden afectar a la calidad de la semilla son:

  • Nutrición de la planta: las plantas que sufren carencias nutritivas durante su crecimiento tendrán un déficit de energía para producir semillas, que son una reserva de nutrientes para la futura planta. Las semillas que se generen no serán de buena calidad.
  • Edad de la semilla: según el tipo de planta, las semillas tienen una duración determinada, que suele variar entre uno y varios años. Una vez transcurrido este tiempo las semillas envejecen y no son válidas.
  • Manipulación: la forma de recolectar las semillas ha de ser tal que evite que estas sufran daños o se rompan.
  • Estado sanitario de la planta: las plantas enfermas o atacadas por alguna plaga producirán semillas no aptas o de mala calidad.
  • Genética de la especie: la propia genética de la planta, que se expresa en las características de la misma (tamaño, sabor, color, precocidad, resistencia a plagas…), influirá en la calidad de la semilla obtenida.