Los huertos sociales tienen múltiples beneficios para los ciudadanos desde un punto de vista social: mejoran la calidad de vida, las relaciones intergeneracionales, la alimentación sana, la salud física y psicológica, el bienestar personal, etc.

Un huerto social es un espacio de encuentro e intercambio, donde a través de actividades culturales-educativas y lúdico-recreativas, públicas y participativas se fomenta el aprendizaje, el diálogo y el debate entre personas de distintas edades.

Como actividad social, se puede realizar un taller de conservas caseras, una manera de fomentar la convivencia entre los hortelanos y las relaciones entre las distintas generaciones, ya que serían los mayores, los que con sus conocimientos, transmitan a los más jóvenes estas técnicas tradicionales de conservar los alimentos.

Envasado de alimentos ecológicos


Por otro lado, preparar conservas caseras es un modo fácil y sano de consumir alimentos fuera de temporada, con el consecuente ahorro en la cesta de la compra, ya que se aprovecha excedentes de cosechas para tener alimentos que son más caros a la hora de comprarlos fuera de temporada.

Con fruta también se puede elaborar compotas, jaleas, fruta en almíbar, purés y pastas de frutas; y con verduras, vinagretas, conservas en aceite, pistos, etc.

Las reglas generales para elaborar los alimentos son:

  • Esterilizar el equipo.
  • Usar preferiblemente recipientes de vidrio.
  • Elegir frutos frescos, maduros no dañados, de tamaños similares.
  • Para conservar verduras escaldarlas antes del envasado.
  • No llenar los botes del todo, dejar unos 2 cms. en la parte superior.
  • Esterilizar las conservas, al baño María o en una olla a presión (en vinagre o salmuera, no esterilizar).
  • Etiquetar los botes con: contenido, peso, fecha de envasado y tipo de conserva.
  • Almacenar las conservas en un lugar sin luz, fresco, ventilado y sin apilar.
  • Consumir antes de un año.