El tránsito entre la primavera y el verano es una de las mejores etapas para aprovechar las hierbas espontáneas que crecen en los huertos. Contribuyen a complementar la dieta en un momento en el que los productos de la huerta escasean. Las hortalizas de invierno están terminado de producir y subiéndose a flor. Las de verano, por su parte, se están trasplantando y aún no han empezado a dar cosecha.

La verdolaga es una de las plantas silvestres de los huertos más utilizadas en la gastronomia popular

La verdolaga (Portulaca oleracea L.), una hierba típica de primavera y verano, lleva ya varias semanas germinando, siendo sus brotes tiernos muy apreciados (hojas y tallos). De hecho, esta ha sido una planta de consumo tradicional en muchos de nuestros pueblos. Se considera una excelente planta de ensalada por su textura crujiente y suave, y por su agradable sabor agridulce.

También puede conservarse en vinagre y consumirse a modo de pepinillos. Los revueltos y tortillas de verdolaga, o su consumo a modo de espárragos cocidos, son también parte de la cultura gastronómica popular. Cocidas al vapor, junto a unas patatas, y con un chorreón de buen aceite, constituyen un plato consistente.

Por otro lado, las hojas del cenizo (Chenopodium album L.) tienen un sabor muy delicado que recuerda, aunque más fino, al de las espinacas. Curiosamente pertenecen a la misma familia (Quenopodiáceas). Es una planta excelente como base para la preparación de ensaladas y como verdura cocida, simplemente al vapor para apreciar mejor su sabor, o preparada de diversas formas al igual que la espinaca.

Una hierba que también debe ser considerada en estas fechas es el bledo (Amaranthus retroflexus L.), cuyas tiernas hojas, aunque de sabor poco pronunciado, pueden utilizarse en las ensaladas. Las hojas más desarrolladas se pueden cocinar de cualquier forma como si fueran espinacas. En las plantas desarrolladas, las hojas que todavía son tiernas y flexibles, en el extremo de los tallos, así como sus inflorescencias jóvenes, también pueden consumirse. Los bledos, al igual que otras especies de su familia son consumidas por los indios sudamericanos, que incluso las cultivan. Actualmente existen variedades de amarantos que están empezando a introducirse en el sur de la Península Ibérica como nuevos cultivos emergentes.