Existen especies vegetales que pueden resultar de interés para nuestro huerto y que nos ayudarán a fomentar la propia biodiversidad, potenciando posibles sinergias derivadas de las relaciones íntimas entre plantas e insectos o viceversa. Actualmente ya se sabe, que existen plantas que producen o liberan metabolitos secundarios («aromas»), que actúan como confusores, estimulantes, repelentes, inhibidores de la alimentación o de crecimiento, o como meros atrayentes de ciertos artrópodos. Esto está dando lugar al desarrollo de una nueva industria basada en la comercialización de insecticidas a los que hacen llamar “bioracionales”.
Sin embargo, sin tener que depender de estos nuevos insumos y simplemente con la presencia de ciertas plantas, podemos contar con sus beneficios. Herramientas como la asociación de cultivos, incorporación de setos, plantas refugio o plantas cebo, son
indudablemente elementos al alcance de todos.


Para ello, daremos algunos ejemplos de utilidad para nuestro huerto, recomendando la conjugación de estrategias con objeto de afianzar la implantación de estas plantas útiles y aumentar su eficacia. Estas plantas incidirán sobre la plaga o simplemente se interpondrán como mera barrera física, o incluso actuarán como refugio para ciertos artrópodos aliados (fauna auxiliar).
Las estrategias que debemos valorar para incluir especies vegetales pueden resumirse en:

Ninpha de Orius sp sobre una planta de menta poleo. Foto: Antonio Bravo


1.- Asociaciones Alelopáticas:

Atendiendo a las sustancias que emiten ciertas plantas, tal como decíamos, podemos paliar los daños de ciertas plagas o enfermedades. He aquí algunos ejemplos de asociación de cultivos que podrían sernos de utilidad en el huerto:

  • Zanahorias–Puerros: Se repelen mutuamente la mosca blanca.
  • Fresas–Ajos: Evita la proliferación de hongos dañinos para la fresa.
  • Cebollas–Lechugas: Todas las liliáceas aromáticas actúan como repelentes de insectos. Bajo esta estrategia, es muy interesante contar también con especies aromáticas como romero, tomillo, menta, albahaca, etc. que aún no siendo cultivos principales, alejarán del huerto potenciales plagas o enfermedades.


2.-Asociaciones Estructurales.

También debemos tener en cuenta la estructura de las propias plantas, recomendando mezclar diferentes tamaños para dificultar el tránsito de insectos plagas minimizando los daños. Valga como ejemplo la asociación de Maíz-Pepino– Brócoli, donde el pepino actuará como confusor del taladro del maíz, dificultando este último la circulación de homópteros plagas hacia el brócoli.


3.- Asociaciones por Floración.

La otra gran estrategia a seguir, es conocer la época de floración de nuestros cultivos y plantas útiles. De esta manera y desde el diseño de nuestro huerto, deberemos perseguir el escalonamiento de las floraciones a lo largo de todo el año, permitiendo que nuestros insectos auxiliares tengan alimento durante todo su ciclo vital sin necesidad de desplazarse.