La rotación de cultivos es una práctica agrícola ancestral que a día de hoy sigue teniendo plena vigencia, siendo obligada su práctica en la agricultura ecológica. Consiste en la sucesión de especies de plantas cultivadas a lo largo del tiempo en una misma superficie (parcela, bancal, línea de cultivo, jardinera, mesa de cultivo, etc.).


El objetivo que se persigue con las rotaciones es mantener o incrementar la fertilidad del suelo, ya que el cultivo de una planta (o una misma especie o familia) de forma continuada en el mismo terreno, produce una disminución de la fertilidad del mismo, al consumir el mismo tipo de nutrientes y a la misma profundidad. La rotación en cambio aumenta la eficiencia en el uso de los nutrientes presentes en el suelo y mejora las condiciones físico químicas del mismo.


Si se piensa en un monocultivo, como por ejemplo un terreno en el que todos los años se plantan tomates, los insectos que se alimentan de este se afincarán permanentemente para comer aquello de lo que se alimentan y que obtienen de forma fácil. Por contra, si al año siguiente de sembrar tomates se ponen calabacines, los insectos comedores de tomate que no comen calabacines tendrán que ir a otro lugar a buscar el alimento o simplemente no prosperarán y desaparecerán. Aunque simplificado, este planteamiento es bien lógico. Por ello, la rotación de cultivos conllevan ecosistemas agrícolas más equilibrados y estables y permite reducir el impacto de insectos y otros invertebrados incómodos, así como de hongos, bacterias y otros microorganismos que surgen con la falta de biodiversidad.


Otro concepto asociado a la rotación es la alternativa de cultivos, que es el conjunto de cultivos explotados de forma simultánea en las distintas superficies. El conjunto de rotación y alternativa nos permite planificar los cultivos simultáneamente en el espacio y en el tiempo.

No es fácil seguir una rotación de cultivos estricta debido a la gran diversidad de especies y variedades que ocupan el suelo en una época determinada. Sin embargo, es recomendable realizarla, para lo que deben observarse las siguientes reglas:

  • Realizar una sucesión de plantas con sistemas radiculares que alcancen profundidades distintas, para que sean exploradas todas las capas del suelo.
  • Evitar la sucesión de plantas que producen la misma parte comestible (raíces, hojas, flores y frutos).
  • Alternar las plantas exigentes en abonado orgánico con otras menos exigentes.
  • Evitar la sucesión interanual de plantas de la misma familia.
  • Introducir leguminosas (para consumo o como abono verde) al menos una vez cada dos años.
  • Buscar o evitar ciertas asociaciones y precedentes culturales.
Superficiales (de 45 a 60 cm)Moderadamente profundas (de 90 a 120 cm)Profundas (más de 120 cm)
AjoBerenjenaAlcachofa
ApioGuisanteBatata
BrócolJudíaCalabaza
CebollaMelónChirivía
ColNaboEspárrago
ColiflorPepinoJudía de Lima
EndibiaPimientoSandía
EspinacaRemolachaTomate
LechugaZanahoria
Maíz dulce
Patata
Puerro
Rábano
Fuente: adaptado de Domínguez Gento. et al, 2002. Diversidad vegetal en agricultura

Propuesta de planificación para una asociación de cultivos en cuatro bancales:

  • GRUPO 1: LEGUMINOSAS Y CRUCÍFERAS. – Leguminosas (plantas enriquecedoras fijadoras de nitrógeno al suelo): habas, judías verdes, guisantes, garbanzos, lentejas, soja. – Crucíferas (hortalizas exigentes que demandan importantes cantidades de nutrientes): coles, coliflores, colibrís, coles lombardas, coles de Bruselas.
  • GRUPO 2: COMPUESTAS, QUENOPODIÁCEAS Y CUCURBITÁCEAS – Compuestas (son poco exigentes y demandan menos nutrientes para su crecimiento): lechugas, escarolas. – Quenopodiáceas (exigencia media en nutrientes, y la remolacha, más exigente que las anteriores): remolachas. – Cucurbitáceas (exigentes debido a sus grandes frutos): calabaza, calabacín, pepino, melón, sandía.
  • GRUPO 3: UMBELÍFERAS Y LILIÁCEAS – Umbelíferas (requieren un nivel medio o bajo de nutrientes): zanahoria, hinojo. – Liliáceas (requieren un nivel medio o bajo de nutrientes): ajos, cebollas, puerros, apio.
  • GRUPO 4: SOLANÁCEAS –Solanáceas (son plantas exigentes en nutrientes, por eso a su cultivo les siguen las leguminosas, para que aporten de nuevo nitrógeno al suelo): tomates, pimientos, berenjenas. Las patatas son también solanáceas, pero no entran en la rotación.


Existe una excepción a esta regla con las plantas que son plurianuales, como las alcachofas, los espárragos, etc. que no las vamos a incluir en principio en las rotaciones.


En el espacio web de Aldalhuerto están disponibles varios diseños de rotaciones, con una propuesta de sucesión de cultivos y sus correspondientes marcos de plantación: