Durante el mes de junio continuamos cuidando el huerto de verano, viendo crecer los tomates aún verdes, así como las calabazas y calabacines que se extienden ampliamente por el bancal. Este año las plantas de pimientos y berenjenas se han plantado intercaladas, dando armonía visual al huerto y equilibrio natural al suelo. Los girasoles y el maíz siguen creciendo en altura, actuando en el último caso como cortavientos y aportando sombra. En nuestra mesa de cultivo las fresas ya están asomando en compañía de las plantas de ajo, una asociación interesante que funciona.
Este año hemos optado por cultivar tomates de la variedad «Corazón de toro» de la Sierra de Huelva. Como tienen la piel muy fina, hemos decidido no encañarlos ya que los frutos son bastante delicados y sensibles a las quemaduras producidas por el sol. De esta forma se generará una mata espesa en el suelo para que los tomates estén sombreados y protegidos de la insolación. Es importante acolchar previamente el suelo para que los frutos no estén en contacto directo con la humedad de la tierra y estén a salvo de las comeduras de caracoles y de otros insectos.
En esta época también es importante realizar los tratamientos preventivos de hongos (preparaciones de cobre o azufre, equisetum, cebolla y ajo, salvia, leche descremada…) que se deben aplicar a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando las temperaturas son más frescas y la humedad es más alta, mejorando así la absorción de los mismos. Para saber más sobre los tratamientos con cobre, pincha aquí.
Podemos continuar extrayendo semillas de las últimas crucíferas o leguminosas como habas y guisantes. Para que las semillas de leguminosas se conserven en condiciones óptimas, se aconseja meterlas en el congelador durante 3-4 días para eliminar cualquier parásito (gorgojo) que pueda «viajar» en su interior, ya que podría alimentarse de las legumbres en el interior del tarro durante su almacenaje.
Por último y previendo que la época estival está cada vez más cerca, es importante revisar el sistema de riego (sustituir goteros atascados, reparar fugas/cortes en las cintas de exudación, comprobar que los programadores tienen batería suficiente por si nos ausentamos del huerto en verano), y acolchar para asegurar que el suelo mantiene una humedad aceptable, que no altere la vida que en él habita, y suficiente para que los cultivos no entren en estrés hídrico.
Por último, contar con apoyo de otras personas que cuiden nuestro huerto en verano en nuestra ausencia puede ser una buena opción. A cambio, el huerto compartirá con ellas generosamente sus deliciosos tomates, pimientos y berenjenas con los que preparar un buen picadillo o un excelente gazpacho, o una crema de calabaza o calabacín que servidas frías, los veranos se soportan mejor.