En esta ocasión, vamos a desarrollar las propiedades nutritivas y medicinales de una planta muy frecuentemente cultivada en nuestros huertos: la espinaca. Su nombre científico es Spinacia oleracea, es una hortaliza de la familia Amarantacea.
Las espinacas son verduras muy versátiles y nutritivas, ricas en hierro, calcio, magnesio, vitaminas A, C, E y K, ácido fólico, betacaroteno, luteína, zeaxantina y otros nutrientes esenciales para nuestra salud.
Tienen un crecimiento rápido de manera que pueden proporcionar una cosecha temprana, permitiéndote cosecharlas varias veces durante la temporada.
Son fáciles de cultivar y se adaptan bien a casi cualquier condición de suelo y clima, desarrollándose sin problema en macetas y contenedores.
Sus raíces fibrosas, pueden mejorar la estructura del suelo al aflojarlo aumentando su capacidad de retención de agua y nutrientes. Además, son consideradas plantas de cobertura verde, es decir, son aptas para proteger el suelo de la erosión evitando el crecimiento de malezas.
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Cuentan con varias propiedades medicinales, de manera que entre los beneficios para la salud asociados a su consumo, podemos destacar:
- Su alto contenido en los nutrientes esenciales mencionados previene de deficiencias nutricionales.
- Propiedades antioxidantes: el contenido en vitaminas C y E, así como en betacaroteno y luteína, ayudan a combatir el estrés oxidativo del cuerpo de manera que reducen el riego de enfermedades crónicas y el envejecimiento prematuro.
- Beneficios para la salud del corazón: su alto contenido en potasio y ácido fólico ayuda a mantener la presión arterial bajo control así como a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Además, su contenido en antioxidantes previene la oxidación del colesterol LDL, por lo que también reducen el riesgo de enfermedades del corazón.
- Apoyo a la salud ocular: su contenido en luteína y zeaxantina le aportan propiedades curativas de la salud ocular ya que protegen a los ojos contra el daño de los radicales libres y pueden prevenir la degeneración macular.
- Promueven la salud ósea: como buena fuente de calcio y vitamina K, ayudan a fortalecer los huesos y a reducir el riesgo de osteoporosis.
- Apoyo a la digestión: al ser ricas en fibra, promueven la salud digestiva previniendo el estreñimiento.
- Ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre gracias a su contenido en fibra y antioxidantes.
- Apoyan al sistema inmunológico debido a su alto contenido en vitamina C.
Es importante indicar que estos beneficios se obtienen con el consumo regular de espinacas como parte de una dieta equilibrada y variada.
Comentábamos que son muy versátiles porque se pueden consumir crudas en ensaladas, cocidas al vapor, salteadas, añadidas a sopas, guisos, pastas o incluso batidos.
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Una de las recetas más sabrosa y apetitosa, sobre todo cuando tenemos hijos, es la lasaña de espinacas.
A continuación, te indicamos la receta:
Ingredientes:
- 9 láminas de pasta para lasaña.
- 500 g de espinacas frescas o congeladas.
- 500 g de ricotta o requesón.
- 1 huevo.
- 2 tazas de salsa de tomate.
- 2 tazas de queso mozzarella rallado.
- Media taza de queso parmesano rallado.
- 2 dientes de ajo.
- 1 cucharada de aceite de oliva.
- Sal y pimiento al gusto.
- Una pizca de nuez moscada.
- Albahaca fresca o seca para decorar (opcional)
Instrucciones:
- Precalienta el horno a 180°C.
- Si estás usando espinacas frescas, lava y escurre bien las hojas. Si son congeladas, descongélalas según las instrucciones del paquete y escúrrelas para eliminar el exceso de líquido.
- En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega el ajo picado y cocínalo sin llegar a dorarlo. Añade las espinacas y saltea hasta que se marchiten. Si es necesario, escurre cualquier exceso de líquido.
- En un tazón grande, mezcla la ricotta o requesón con el huevo batido. Añade sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Incorpora las espinacas salteadas y mezcla bien.
- En una fuente para horno, vierte una fina capa de salsa de tomate en el fondo. Coloca una capa de láminas de pasta para lasaña encima.
- Extiende una capa de la mezcla de ricotta y espinacas sobre las láminas de pasta. Espolvorea un poco de queso mozzarella y parmesano rallado por encima. Repite este proceso hasta que hayas usado todos los ingredientes, terminando con una capa de salsa de tomate y queso rallado.
- Cubre la fuente con papel de aluminio y hornea en el horno precalentado durante unos 30 minutos. Luego, retira el papel de aluminio y hornea por otros 10-15 minutos, o hasta que el queso esté dorado y burbujeante.
- Retira la lasaña del horno y deja reposar unos minutos antes de cortarla en porciones. Decora con hojas de albahaca fresca o espolvorea un poco más de queso parmesano rallado si lo deseas.