El huerto está en plena primavera, las floraciones en su apogeo y por él transitan multitud de animales que salen de su letargo.
Las lluvias pueden ocasionar problemas de enfermedades, por ello os recomendamos seguir aplicando tratamientos preventivos contra hongos (cola de caballo, ajo, cebolla, leche, canela, salvia) y parásitos (ajo, guindilla, ortiga, jabón potásico). Como curiosidad, y para aprovechar los restos de cultivos de rabanitos, podemos hacer un macerado e infusión con las raíces troceadas, ya que tienen propiedades insectífugas y preventivas de hongos debido a su alta concentración en compuestos azufrados.
Es recomendable realizar los tratamientos al atardecer para que las plantas no estén húmedas en las horas de calor. Para más información podéis visitar los artículos correspondientes a “La salud del huerto” de nuestro blog y en el Manual de Educación Infantil y Primaria “La Aventura de Nuestro Huerto” , en el módulo 7, el botiquín verde.
En esta época, es fundamental vigilar el correcto funcionamiento del sistema de riego para que los cultivos no sufran falta o exceso de agua, debemos revisar las cintas de exudación o goteros en busca de posibles fugas o atascos y repararlas. Además, para hacer frente a las altas temperaturas que podamos tener ocasionalmente, podemos añadir acolchados en zonas donde este se haya descompuesto.
Sobre las tareas que tenemos pendientes, seguimos con la recolección de habas, rabanitos, remolachas, cebollas, puerros, alcachofas… con el entutorado de los cultivos que lo necesiten, señalando las plantas madres y acopiando flores y hojas de plantas aromáticas y medicinales, para secar y almacenar en nuestro “botiquín hortelano”.
Si alguna planta no ha prosperado, podemos reponerla, a esta acción la llamamos “reponer marras”. Normalmente no es solo una la que falla, a veces son unas cuantas. Cuando estamos a tiempo y las plantas aún son pequeñas podemos rellenar esos huecos con nuevas plántulas.
Si las plantas han crecido mucho, reponer los huecos con plantas más pequeñas no suele resultar una buena alternativa, porque el desarrollo de estas irá siempre retrasado y muchas veces suelen fallar también. En este caso os recomendamos trasplantar en esos huecos tagetes o albahaca. Por un lado vamos a introducir biodiversidad en el huerto y además los tagetes tienen efecto antinematodos y actuarán como protectores de la plantas de alrededor. Por otra parte, la albahaca sembrada junto a tomates mejora su sabor y aroma.
Algunas plantas de nuestro huerto de verano necesitan “poda”, es el caso de las tomateras, a las que retiramos sus hijos, conocidos comúnmente como “chupones”. Estos nos pueden servir para multiplicar plantas.
Tras la poda y para facilitar y acelerar el crecimiento de las raíces de estos esquejes, podemos utilizar hormonas enraizantes o fitohormonas. En agricultura ecológica recurriremos a hormonas de enraizamiento naturales, que están presentes en algunas plantas y algas. Por ejemplo, las lentejas recién germinadas, contienen una pequeña pero activa cantidad de auxinas naturales que pueden favorecer el crecimiento de las raíces de la plantas.
Para ello, germinamos lentejas en agua y cuando salgan los tallitos batiremos la mezcla y la utilizaremos para introducir los tallos de los esquejes hasta que produzcan raíces. En este momento ya los podemos plantar. De esta forma hemos obtenido plantas desarrolladas con mayor rapidez que por la vía de la siembra o el trasplante.
Y por último continuamos con las siembras directas de garbanzo y girasol.
Como veis el huerto está en plena actividad y es el momento de dedicarle nuestra atención y disfrutarlo.