Continuando con las plantas silvestres que crecen en nuestros huertos, en esta ocasión vamos a profundizar en la verdolaga: Portulaca oleracea.

Se conoce también como oxalis, lengua de gato, nuncamuere, portulaca, flor de un día, bledo, lágrimas de San José… es una planta originaria de India, Oriente Medio y el sur de Europa, aunque se ha extendido por todo el mundo, pudiendo encontrarla en zonas de cultivo, márgenes de carreteras, huertas y jardines. Crece en cualquier tipo de suelo. Aunque aguanta la sequía, se desarrolla mejor en zonas con riego, de ahí su habitual presencia en nuestros huertos.

Es anual, carnosa, de hojas alternas, tallo rastrero de color verde brillante, que a veces adopta tintes rojizos, flores amarillas y semillas negras y pequeñas.

Resulta una planta beneficiosa para la vida silvestre y para la fauna auxiliar en varios aspectos:

  1. Hábitat para insectos beneficiosos: proporciona refugio y alimento para insectos beneficiosos como mariquitas, avispas parasitoides y abejas solitarias, importantes para el control natural de plagas así como para mantener el equilibrio ecológico en los ecosistemas.
  2. Alimento para aves: sus semillas y hojas tiernas son una fuente de alimento para muchas aves, incluyendo gorriones, jilgueros y palomas.
  3. Atracción de polinizadores: sus flores son atractivas para polinizadores como abejas y mariposas, que juegan un papel crucial en la polinización de plantas, incluyendo cultivos agrícolas.
  4. Mejora del suelo: su sistema radicular puede ayudar a mejorar la estructura del suelo y a retener la humedad, lo que beneficia a su la microfauna y promueve la salud del mismo en general.
Verdolaga en flor

Se ha consumido desde hace siglos por sus beneficios nutricionales y medicinales.

Nutricionalmente es muy interesante ya que contiene vitaminas A, C y E, calcio, potasio, hierro y magnesio; es rica en ácidos grasos omega 3: contiene ácido alfa-linoleico (ALA); cuenta con 2 tipos de pigmentos alcaloides antioxidantes: el betacianina rojizo y el betaxantina amarillo; como muchos otros alimentos vegetales, contiene ácido oxálico; tiene un sabor ligeramente ácido y salado; en alguna zonas se utiliza como forraje para el ganado.

Con respecto a sus propiedades medicinales, se ha utilizado en la medicina tradicional para:

  • es una gran aliada de la salud cardiovascular: su contenido en ALA hace que sea fundamental para la salud del corazón, el cerebro y la piel, ayudando a la función cognitiva;
  • sus propiedades antiinflamatorias la hacen idónea en el tratamiento de resfriados comunes que cursan con fiebre y para resolver problemas digestivos como diarrea, estreñimiento o molestias estomacales;
  • la presencia de pigmentos le aportan propiedades antioxidantes y antimutagénicas;
  • su contenido en ácido oxálico le suman poder antioxidante y antimicrobiano.

No obstante, como indicamos para el uso de cualquier planta medicinal, se deben tomar precauciones antes de su ingesta, ya que puede provocar reacciones alérgicas o interacciones medicamentosas, de manera que es recomendable tomar pequeñas cantidades inicialmente. Por otra parte, el ácido oxálico, al combinarse con calcio, hierro o magnesio, forma sales de oxalato que, al precipitarse, pueden contribuir a la formación de cálculos renales, por lo que no es conveniente ingerir grandes cantidades. Por último, es importante recolectarla de zonas, como nuestros huertos, donde no se han aplicado pesticidas ni herbicidas.

Se puede tomar añadiendo sus hojas y tallos jóvenes en crudo, antes de que florezca, a ensaladas o en batidos, aunque también se puede cocinar salteada (a modo de espárragos), cocida al vapor o añadirla a sopas y guisos como cualquier otra verdura de hoja verde. Puede conservarse en vinagre y consumirse a modo de pepinillos, hacer revueltos o tortillas.

Guiso de verdolaga

Una de las formas más habituales de consumirla, ya que resalta su sabor conservando sus propiedades, es salteada. Para ello, después de lavarla para eliminar restos de tierra, se agrega a una sartén a la que antes hemos añadido AOVE y ajo picado, se remueve durante unos minutos a fuego medio y se retira cuando aún esté crujiente. Opcionalmente se le puede cuajar un huevo.

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