El actual modelo lineal de consumo, distribución y deslocalización de los recursos y los productos genera numerosos residuos que en su vertiente orgánica van mezclados en contenedores no diferenciados con otros productos que impiden una separación y manejo adecuado, acabando en vertederos.
Verter cada día es más caro y perjudicial, de forma que compostar en el domicilio, o en el huerto, es una buena manera de prevenir y reducir costes de gestión y tratamiento de los residuos, y obtener una excelente sustancia que enmienda y nutre nuestros suelos; el
compost.
Compostar la Fracción Orgánica de los Residuos Municipales (FORM) en el domicilio o en el huerto no solo ahorra el canon de vertido, sino que ahorra transporte, contenedores en la vía pública, operaciones de selección, y el consumo de energía y contaminación que se deriva de estos.
En este momento donde el ritmo acelerado del cambio climático es una de las principales problemáticas mundiales convendría considerar que es mejor que las moléculas de carbono estén como materia orgánica en el suelo, y de este modo no sean emitidas como gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera.
En el primer metro de profundidad del suelo, podemos encontrar más de seis veces moléculas de carbono en masa que en la vegetación.
Por ello, el suelo es un buen aliado para capturar temporalmente los carbonos procedentes de nuestros residuos orgánicos, máxime cuando conocemos la importancia de la materia orgánica en nuestros suelos y de la facilidad con que se mineraliza y pierde en nuestras latitudes.
El compostaje, por tanto, sigue siendo una forma de recuperar para el ciclo de la materia los diferentes nutrientes necesarios para conservar la fertilidad de los suelos.
Aspectos básicos de la elaboración del compost
Además de tener un fuerte componente funcional, la elaboración de compost actualmente tiene un fuerte componente comportamental, es decir, que no solo nos impulsa a hacerlo por el producto que obtenemos sino también porque comprendemos que es necesario para promover una coexistencia equitativa y sensata con nuestro entorno.
Estas son las principales variables observables para una adecuada elaboración de compost:
Correcta ubicación: se aconseja colocar la compostera más cerca de la fuente de producción de los residuos que del destino del compost. En un lugar próximo a la entrada /salida de nuestro huerto; para que bien al entrar, la alimentemos con nuestros residuos domésticos o bien al salir con los destríos o desechos del huerto. De este modo, en determinados periodos en los que no es necesario atender nuestros cultivos todos los días, podremos aportar los residuos orgánicos generados a diario, sin entrar en el huerto.
Escoger para su ubicación un lugar que tenga las condiciones de humedad y temperatura medias del lugar; nunca en el lugar más expuesto al sol ni en un lugar sombrío todo el año. Un lugar aireado bajo la sombra de un árbol de hoja caduca puede ser correcto para una compostera doméstica o de huerto social.
Aunque el compostaje es mayormente un sistema independiente de las condiciones exteriores, las condiciones de la atmósfera exterior pueden influir en su desarrollo cuando estas son extremas.
Alimentación variada: no debemos poner a dieta a nuestra colonia de bacterias y hongos descomponedores. Una alimentación variada garantizará una correcta sucesión de las colonias de bacterias descomponedoras, un mejor proceso y un producto óptimo.
Dentro de la alimentación merece la pena distinguir entre los restos verdes y los restos marrones.
- Los restos verdes son aquellos que contienen agua en el interior de sus tejidos porque aún están vivos.
- Los restos marrones son aquellos que no poseen agua en el interior.
Además de una alimentación variada, es importante el tamaño y volumen de las partículas de los restos que aportemos.
Humedad: sin la adecuada humedad no se inicia correctamente el proceso de compostado, y una humedad excesiva puede provocar anoxia, putrefacciones y pérdida de nutrientes. Ya hablaremos más adelante de ello, pero la humedad es una de las variables a considerar, por ello deberemos tener disponibilidad de agua.
Aireación frecuente: finalmente, atendiendo a que el compostaje es un proceso realizado con respiración biológica, hemos de considerar el aire (oxígeno) como una de las variables determinantes. Periódicamente tendremos que voltear, remover o escardar nuestro compost para favorecer la entrada de aire en la masa y que sean los organismos aeróbicos quienes degraden los residuos orgánicos.
Fuente: Rubén Rodríguez Ramírez. Ariadna, Estrategia Ambiental