Con el final del verano, comienza la temporada de cultivo de hortalizas de otoño-invierno. De entre ellas alguna estaca, como es el caso de la lechuga, especialmente en lo que a cultivo en macetas se refiere. Al tener un sistema radicular relativamente pequeño, es especialmente adecuada para el cultivo en contenedores no muy grandes. Una maceta de unos 8 litros permitirá cultivar una lechuga hasta un tamaño normal de cosecha. En una algo menor se puede cultivar la de tipo cogollo, siendo posible en contenedores mayores el trasplante de varios ejemplares. Este cultivo, en función de la estación, requiere entre 2 y 3 meses para su consecución. Con una buena programación de las siembras y utilizando distintas técnicas de cultivo se puede disponer de lechugas en maceta desde inicio de octubre hasta finales de mayo.


Al comienzo de la temporada, en las primeras siembras de final de agosto y septiembre, se puede realizar un cultivo espeso de lechugas. Esta técnica consiste en realizar una siembra directa muy densa. Cuando las plantas alcanzan un tamaño de unos 5-10 cm se realiza un primer clareo que se consumirá como brotes tiernos, pudiéndose también trasplantar a otros contenedores. Al alcanzar las plantas restantes un tamaño de 10 a 15 cm se realiza un segundo clareo, que también se podrá consumir, dejando ya en el contenedor las lechugas definitivas que se desee dejar crecer hasta su tamaño definitivo.

Lo más habitual en el cultivo de lechugas es realizar previamente una siembra en semilleros, la cual requiere entre 15 y 20 días antes de proceder al trasplante definitivo, tras el cual se precisan alrededor de un par de meses más antes de poder realizar la cosecha. Para un suministro sostenido en el tiempo, se puede planificar la realización de semilleros cada 15 o 20 días, de forma que se pueda tener una cosecha continuada a lo largo de los meses que dura la temporada de cultivo. Para una familia media se puede plantear la siembra de unas 5 o 6 lechugas en cada tanda.

Si una vez que los semilleros están listos para el trasplante no se encuentra hueco en el macetohuerto se puede realizar un trasplante intermedio en una maceta pequeña de aproximadamente un cuarto de litro. Ello permite que la lechuga siga creciendo en espera de proceder a su ubicación definitiva. A veces estos trasplantes se realizan de manera improvisada cuando no se encuentra el hueco o se planifican conscientemente sabiendo que en el futuro próximo no lo habrá.

Semillero, trasplante intermedio y cultivo definitivo, en maceta de 20 l. Atrás se observan cebollas asociadas


Las lechugas se pueden trasplantar solas o asociadas a otros cultivos. Para aprovechar al máximo el limitado espacio del macetohuerto se pueden asociar las lechugas con plantas de crecimiento lento o de ciclo más largo como la
cebolla, el puerro, el haba o la zanahoria, de forma que cuando la lechuga se cosecha, esta deja su espacio para que estos cultivos puedan terminar su desarrollo.


La forma habitual de cosechar una lechuga es cortándola al ras cuando esta ha alcanzado su tamaño definitivo. No obstante, existen otras formas de realizar la cosecha que permiten obtener un mejor rendimiento. Por un lado, se puede usar la técnica del ordeño, consistente en ir retirando las hojas de la base a medida que la lechuga va creciendo. Es especialmente interesante en lechugas abiertas que no acogollan, aunque se puede realizar con cualquier otra. Con ello, podremos aprovechar las hojas más antiguas, evitando que envejezcan o degeneren. Otra forma de realizar la cosecha es usando la técnica del desmoche, en la que se realiza el corte de la lechuga varios centímetros por encima de la superficie, de forma que se deja la base de las hojas junto a las yemas de crecimiento unidas a estas. Ello permitirá que la planta tenga una nueva brotación que se podrá aprovechar cuando aún sea pequeña, antes de que amargue.

Fotografías cortesía de Pablo José González Provos

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