En otoño empiezan a acusarse las diferencias de temperatura entre el día y la noche, por lo que tenemos que cuidar las plantas más sensibles de nuestro huerto. Para ello hemos colocado capas de acolchado que amortiguan la fluctuaciones de temperatura entre el día y la noche y hemos aplicado remedios vegetales a base de plantas como cola de caballo (decocción) y purín de ortigas, para prevenir enfermedades, fortalecer sus defensas y revitalizar las plantas.

Otra tarea que hemos llevado a cabo, para proteger los cultivos de las heladas nocturnas, ha sido la instalación de estructuras que protegen contra el frío como microtúneles, miniinvernaderos, garrafas de plásticos cortadas, etc.

Como curiosidad contaros que este año, debido a las fuertes temperaturas que hemos sufrido en verano, se polinizaron pocas flores de las plantas de pimientos y pudimos coger muy pocos frutos. Sin embargo, como los primeros meses de otoño han sido cálidos e incluso hemos tenido días cuyas temperaturas han sido de verano, a principios de noviembre, nuestras plantas de pimientos nos han sorprendido con un magnífica producción.

Cuando recolectemos todos los frutos, quitaremos esas plantas ya que dentro de unos días tendremos heladas nocturnas y ya dejarán de producir, trocearemos estos restos vegetales y, o bien los compostaremos o los dejaremos secar apartados (se puede hacer entre pasillos), para después utilizarlos como acolchado. En el lugar que ocupan nuestras plantas de pimientos pondremos los cultivos de otoño que correspondan.

Las siembras y trasplantes del pasado mes ya han comenzado a dar sus primeros frutos y hemos empezado a recolectar las primeras hortalizas de invierno como son lechugas, escarolas, acelgas y rabanitos. Es importante reponer las plantas que no han prosperado y repicar y aclarar las siembras que se hayan hecho a chorrillo o a voleo.

Repicado de rabanitos

Sobre las nuevas plantaciones, teniendo en cuenta que noviembre es el mes de las habas, para fortalecer y aumentar el vigor de las semillas también podemos utilizar el purín de ortigas sumergiéndolas durante 24 horas en una dilución al 50 %. Continuaremos con siembras y trasplantes de hortalizas como espinacas, acelgas, guisantes y seguiremos con una segunda siembra de lechugas y rabanitos.

Para asegurar la germinación de las semillas que vayamos a poner directamente en el suelo, podemos hacer un test de germinación y comprobar su estado y viabilidad, los test lo realizaremos en un vivero protegido o resguardado del frío.

Publicaciones Similares